El brillo en el rostro puede producirse por factores genéticos, pero también se da por cambios hormonales, la menstruación, embarazo o menopausia. La piel grasa se caracteriza por tener un aspecto oleoso, así como por la formación de brillos en la zona T del rostro, la presencia de granitos y puntos negros. Es un tipo de piel con alta tendencia a tener acné, el cual se produce por una excesiva acumulación de sebo en determinadas partes de la cara. Por todo ello, la piel grasa requiere un tratamiento específico que controle la aparición de todos estos síntomas y mejore su apariencia.